
«El mundo se despidió del Papa Francisco en una ceremonia conmovedora y sin precedentes.
Momentos de profunda emoción marcaron el funeral, desde la despedida espontánea de la monja Genevieve, que rompió el protocolo para honrar a su amigo, hasta la solemne misa presidida por Giovanni Battista, decano del Colegio Cardenalicio.
El ataúd de madera y zinc, colocado frente al altar elevado en la Basílica de San Pedro, fue testigo de la presencia de 250,000 fieles de todo el mundo.


Líderes globales, incluyendo a Javier Milei, se unieron en oración durante la misa de dos horas.


concelebrada por 224 cardenales y 750 obispos y sacerdotes.

El féretro fue trasladado en un papamóvil adaptado, un símbolo de su cercanía con la gente.

Un hecho histórico, el entierro del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, fuera del Vaticano, marca un precedente en más de un siglo.

Ahora, la tumba del Papa Francisco en Santa María la Mayor se ha convertido en un lugar de peregrinación, un testimonio de su legado y un punto de encuentro para todos aquellos que buscan inspiración y paz.»
