¿Pueden los árboles salvar nuestras ciudades del calor extremo? Panamá lidera estudio pionero en urbanismo sostenible para el trópico.

¿Qué árboles ayudan realmente a enfriar las ciudades?

¿Cómo responde cada especie al estrés hídrico durante la estación seca?

¿Qué combinación de densidad urbana y vegetación es más efectiva para reducir la temperatura en entornos tropicales?

Estas son algunas de las preguntas que busca responder el proyecto «Urbanismo Sostenible para el Trópico: Mitigación y Adaptación ante el Cambio Climático», liderado por Isthmus Escuela de Arquitectura y Diseño de América Latina y el Caribe, con el financiamiento de SENACYT y la colaboración de instituciones nacionales e internacionales.

El estudio se encuentra en su primera fase de ejecución, y ya ha arrojado hallazgos significativos. Utilizando sensores climáticos y estaciones meteorológicas de precisión, el equipo ha analizado el comportamiento térmico de árboles urbanos en tres tipos de configuraciones urbanas distintas, ubicadas en el campus de la Ciudad del Saber.

Las especies estudiadas —Guayacán, Ordeal y Astromelia— fueron elegidas por sus diferencias morfológicas, como altura, densidad de follaje y tamaño de copa, que influyen directamente en su capacidad para generar sombra y bloquear radiación solar.

Urbanismo basado en datos: árboles como infraestructura climáticaEste proyecto pionero parte de una hipótesis contundente: no todos los árboles enfrían igual.

Estudios previos dirigidos por la Dra. Graciela Arosemena, investigadora principal del proyecto, revelaron que durante la estación seca, algunas especies pierden capacidad de enfriamiento debido al estrés hídrico.

Por eso, este estudio busca identificar cuáles especies son más resilientes y eficaces para mejorar el confort térmico urbano a lo largo del año.

Además de las mediciones microclimáticas, se está construyendo un modelo urbano tridimensional que evalúa el efecto térmico de ocho configuraciones distintas, combinando densidad poblacional, espacio público y cobertura vegetal.

El objetivo final: diseñar ciudades tropicales más frescas, habitables y sostenibles.

Un esfuerzo colaborativo con impacto en políticas públicasEl proyecto, de 27 meses de duración, cuenta con la participación, además de Isthmus, de aliados como el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales – AIP (CIEPS), MIVIOT, Alcaldía de Panamá, INEC, la Fundación Ciudad del Saber, Patronato de Panamá Viejo y el Instituto Universitario de Turismo y Desarrollo Económico Sostenible (TIDES) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Cada entidad aporta datos, espacios, recursos humanos o experiencia técnica.

Esta colaboración interinstitucional garantiza que los resultados no se queden en la academia, sino que se transformen en recomendaciones concretas de política pública a través de un documento normativo que será entregado a las autoridades competentes orientadas a la planificación de ciudades más resilientes, saludables y sostenibles.

El futuro del urbanismo tropical comienza con datos, ciencia y árbolesLa iniciativa también plantea un enfoque innovador para integrar vegetación en el diseño urbano: árboles con troncos altos y limpios que bloqueen la radiación solar sin obstaculizar el flujo del viento a nivel del peatón.

Esto forma parte de un nuevo paradigma de planificación: diseñar ciudades adaptadas a su clima y geografía, donde la naturaleza no sea adorno, sino infraestructura.

Con este proyecto, Panamá se consolida como referente regional en urbanismo sostenible tropical, desarrollando conocimiento propio, contextualizado y científicamente riguroso para enfrentar los desafíos del cambio climático y respondiendo a una urgencia planetaria: cómo construir ciudades preparadas para un clima cambiante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *